festividad de colores,
unos verdes gastados
a tu paso nos los dejas
con diversas tonalidades
en marrones convertidos.
En tres meses que duras
te bastan para despojar
a los árboles de sus hojas,
meciéndolas desde las alturas
caen lentas, sin aquejar,
mientras al suelo las arrojas.
Otoño, en tu estampa fiel
de dorados incomprendidos,
las tierras dejas alfombradas
en diversos colores de miel
y unos marrones fundidos
por cansadas hojas doradas.
© C.lαRΔ